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Compiled and Edited by Elan Perchik

Challah

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Parashat Terumah                                                                                               Print Version        4 de Adar, 5779 | 9 de Febrero 2019         
                                     

Compiled and Edited by Elan Perchik


Rabbanit Amit Yaghoubi
El paseo en montaƱa rusa

Yehiel, un chico de ocho años, acababa de entrar a segundo grado. Tenía una vida maravillosa y un lindo espíritu, y disfrutaba mucho las clases de su rabino y su morÔ. Sin embargo, todos los días, al regresar a la casa de la escuela, le decía a su madre que le dolía mucho la barriga. Su madre lo atribuía a los nervios del comienzo del año y la adaptación a la escuela, pero los dolores de barriga no desaparecían. A veces, incluso, el niño llamaba desde la escuela diciendo que quería regresar a la casa.

Pero con el ajetreo de Rosh Hashana , Yom Kipur y Sucot que se acercaban, nadie le prestó mucha atención. Después de Sucot, cuando las cosas empezaban a calmarse un poco y Yehiel seguía quejÔndose de su estómago, su madre decidió llevarlo al doctor para un chequeo.

Después de pasar por exÔmenes y estudios médicos, Yehiel y su madre recibieron la desafortunada noticia de que no se trataba de un simple dolor de barriga. Habían descubierto que el chico tenía cÔncer en el estómago. De la noche a la mañana, este feliz alumno de segundo grado cambió su escritorio, libros y amigos por hospitales, agujas y enfermeras. Ahora enfrentaba el drama de una terrible enfermedad.

Fue un año plagado de dificultades, ya que los médicos seguían sin saber cuÔl sería el resultado. Mientras Yehiel era monitoreado muy de cerca a través de los muchos tratamientos que recibía, le daban permiso de regresar a la casa de vez en cuando, por un período corto, para después regresar al hospital. Allí pasó prÔcticamente todo su segundo año de escuela.

Hacia el final del aƱo, cuando el clima comenzaba a mejorar, Yehiel finalmente completó sus tratamientos. Cuando los doctores le realizaron el Ćŗltimo escaneado de cuerpo entero, para alivio de todos, el cĆ”ncer habĆ­a sido eliminado por completo. Lo mantuvieron en el hospital por una semana mĆ”s para asegurarse de que todo estaba bien, y finalmente el doctor llamó a los padres de Yehiel y les dijo: ā€œSu hijo estĆ” sano y el cĆ”ncer estĆ” en remisiónā€.

Sin embargo, el doctor expresó una nueva inquietud. ā€œEn este momento nos preocupa su estabilidad emocional. Segundo grado es un aƱo muy importante en los niƱos para crear conexiones y vĆ­nculos sociales, y Ć©l no ha estado con amigos. Creemos que es buena idea inscribirlo en un campamento donde vayan sus amigosā€. Los padres, mirando a su hijo, flaco y frĆ”gil, no estaban seguros. ā€œĀæLo quiere mandar a un campamento?ā€ ā€œMirenā€, explicó el doctor, ā€œvamos a vigilarlo muy de cerca para asegurarnos de que su salud no se vea afectada. Sin embargo, por su bienestar emocional, creemos que debe estar en un ambiente con niƱos de su edad donde pueda aprender a interactuar y socializarā€. Y asĆ­, los padres de Yehiel aceptaron el consejo y lo inscribieron en un campamento regular despuĆ©s de un aƱo largo y complicado.

Cuando el jefe del campamento fue informado de que Yehiel, quien en ese momento habĆ­a perdido el cabello, convocó a los guĆ­as encargados de los niƱos. Les informó sobre el estado de Yehiel y les explicó todo el trauma que habĆ­a atravesado. ā€œNo estoy seguro de cómo va a reaccionarā€, dijo el jefe del campamento, ā€œpero esperamos que todo vaya bienā€.  Los guĆ­as hicieron los mismo y le comunicaron a los otros campistas sobre el chico que se les unirĆ­a. ā€œTodos deben ser portarse con sensibilidad y tratarlo de manera perfectamente normalā€, clarificaron los guĆ­as. ā€œacaba de pasar un aƱo muy difĆ­cil y nadie debe burlarse de Ć©lā€.

Al llegar al campamento, Yehiel tenía una enorme sonrisa. Para el gusto de todos, era adorable y alegre. En lugar de hacer a todos sentirse incómodos, era él quien confortaba a todos los demÔs. Bromeaba sobre su cabello y sobre el hecho de no poder correr tan rÔpido como los otros niños, y así hacía que todos se relajaran. RÔpidamente Yehiel se convirtió en uno de los niños mÔs populares del campamento. No solo era querido por sus compañeros, sino también por los guías. Nadie se cansaba de la refrescante energía de este pequeño.

Sin duda alguna, el verano fue un gran Ć©xito. Al llegar el final, el campamento se preparaba para su gran viaje de fin de verano. Todo el campamento estaba emocionado porque iban a salir de viaje a un parque de atracciones con toda clase de actividades. HabĆ­a un safari, montaƱas rusas y toboganes de agua. TenĆ­an planeado rentar todo el parque solo para los campistas. Los chicos estaban encantados.  

Mientras manejaban hacia parque de atracciones y hablaban de las aventuras que les esperaban, quiĆ©nes irĆ­an a caminar por el parque y quĆ© atracciones visitarĆ­an, le preguntaron a Yehiel. ā€œĀæA dónde quieres ir tĆŗ?ā€ ā€œYo solo quiero subirme a las montaƱas rusasā€, contestó Yehiel. ā€œĀæSolo quieres subirte a las montaƱas rusas? Ā”Hay tantas cosas que hacer!ā€ ā€œLo sĆ©, pero yo solo quiero subirme a las montaƱas rusasā€, repitió Yehiel.

A medida que el autobĆŗs seguĆ­a su camino, los otros chicos pensaban que Yehiel estaba exagerando. No hablaba en serio al decir que solo querĆ­a ir a montaƱa rusa. HabĆ­a tantas otras atracciones que disfrutar; Āæpor quĆ© querrĆ­a perderse de todo lo demĆ”s? Pero despuĆ©s de subirse a varias montaƱas rusas y ver que Yehiel no querĆ­a hacer otra cosa, se dieron cuenta de que sĆ­ hablaba en serio. Literalmente solo querĆ­a subirse a las montaƱas rusas. Finalmente les dijo a sus amigos, ā€œVayan ustedes por su cuenta, no se preocupen por mĆ­. Vayan a hacer lo que quieran y nos encontraremos mĆ”s tardeā€. Y asĆ­ el dĆ­a transcurrió con Yehiel literalmente subiendo de una a otra montaƱa rusa.

El dĆ­a llegaba a su final y los campistas se reunieron para cenar; los guĆ­as miraban a su alrededor a los niƱos que estaban mitad exhaustos y mitad llenos de excitación. De los muchos guĆ­as que contemplaban la imagen de tantos niƱos disfrutando, uno de ellos sentó junto a Yehiel. ā€œYehiel, Āæte divertiste?ā€ Yehiel lo miró y le dijo, ā€œPude alcanzar mi objetivoā€. ā€œĀæTenĆ­as un objetivo en el parque de atracciones? ĀæCuĆ”l era?ā€ preguntó el guĆ­a. ā€œQuerĆ­a subirme a todas las montaƱas rusas del parque e hice justamente eso. Es la Ćŗnica cosa en todo el parque que tiene algĆŗn significadoā€.

Al escuchar de un niƱo de ocho aƱos que las montaƱas rusas tenĆ­an significado, el guĆ­a no estaba seguro exactamente de lo que Yehiel querĆ­a decir. ā€œĀæA quĆ© te refieres con que las montaƱas rusas tienen significado?ā€, preguntó. Yehiel le explicó:

Cuando estĆ”s en una montaƱa rusa, cayendo, girando y dando vueltas a tan alta velocidad en tantas direcciones, hay una emoción tremenda. Al mismo tiempo, si estuvieras en un carro y experimentaras esos mismos movimientos, ĀæquĆ© sentirĆ­as? TemerĆ­as por tu vida. De manera similar, si estuvieras viajando en un avión y experimentaras esos movimientos como los de la montaƱa rusa, tambiĆ©n estarĆ­as aterrado. Con el estómago hundiĆ©ndose y el viento soplando en tu cara mientras viajas mĆ”s rĆ”pido que una bala, sentirĆ­as el miedo a la muerte. Pero cuando estĆ”s en una montaƱa rusa, ese miedo es transformado en emoción. Da miedo, pero es emocionante. Nadie sentado en un avión que va en caĆ­da dirĆ­a ā€œĀ”QuĆ© divertido es este viaje!ā€ Pero en una montaƱa rusa esa misma sensación produce felicidad y euforia.

Entonces Yehiel se quedó callado. Se volteó hacia el guĆ­a y con lĆ”grimas en sus ojos le dijo, ā€œEl aƱo pasado mi vida fue como una montaƱa rusa. Iba para arriba y despuĆ©s para abajo. Este aƱo estoy asustado por lo que pueda pasar. Tengo miedo de lo que me depara el futuro. Por lo tanto, querĆ­a recordarme a mĆ­ mismo que en una montaƱa rusa no tienes miedo de morir porque te sujeta el cinturón de seguridad. En una montaƱa rusa te diviertes porque sabes que estĆ”s a salvo. QuerĆ­a decirme a mĆ­ mismo que en la montaƱa rusa de mi vida yo estoy salvo. D-os me sostiene, como un cinturón de seguridad. Puedo escoger temer por mi vida o puedo escoger sonreĆ­r y disfrutar el viaje. Y yo preferirĆ­a escoger disfrutar del viajeā€.

A travĆ©s de nuestras vidas debemos recordarnos a nosotros mismos que estamos viajando en la montaƱa rusa de Hashem. Aunque el futuro sea incierto, podemos reclinarnos cómodamente y sentirnos seguros en las manos de nuestro amoroso Padre en el Cielo. La montaƱa rusa de la vida tiene altos y bajos, pero como Hashem guĆ­a nuestro curso de viaje, podemos ciertamente encontrar consuelo en esos baches. Ɖl siempre nos cuida, manteniĆ©ndonos seguros mientras maniobramos.

HaRav Jaim Yisroel Belsky zā€l
Los entradas y salidas del Mishkan

Al hacer un anĆ”lisis comparativo de las parashot paralelas de la Tora, Teruma/Tetzave y Vayajel/Pekudei, encontramos que explican de una manera casi idĆ©ntica la disposición del Mishkan. Con ligeros cambios, estas parashiot parecen ofrecer una imagen de espejo la una de la otra. Sin embargo, tal repetición no es mera trivialidad, sino que de hecho tiene un gran significado.  

Rashi, citando la GemarĆ” (Berajot 55a) explica que Moshe Rabeinu y Betzalel, el arquitecto del Mishkan, tenĆ­an diferentes opiniones  en cómo proceder en su construcción. Mientras Moshe ordenó a Betzalel que preparara primero los utensilios del Mishkan y despuĆ©s erigiera la propia estructura, Betzalel no estuvo de acuerdo. ā€œĀæAcaso es normal primero hacer los muebles de un edificio y despuĆ©s construir el edificio?ā€ Fue solo despuĆ©s de escuchar el razonamiento de Betzalel que Moshe Rabeinu finalmente accedió. ā€œTienes razónā€, dijo Moshe, ā€œdebes haber estado parado ā€˜B’tzel E-l, a la sombra de D-os (de allĆ­ el nombre de Betzalel), cuando Me ordenó acerca del Mishkan. Es asĆ­ como sabes lo que me fue dichoā€. Y efectivamente, asĆ­ fue como se procedió. Primero se construyó la estructura misma del Mishkan y despuĆ©s los diferentes recipientes.  

Pero esta no fue la Ćŗnica discrepancia que existió con relación a la construcción del Mishkan. La  Tora explica de manera diferente la construcción del  Mishkan en las parashot Teruma/Tetzave y Vayejel/Pekudei. En las parashiot de Teruma/Tetzave primero describe la configuración de los recipientes (Aron, Shuljan, Menora) y despuĆ©s la estructura  (las cortinas y los tablones); Vayajel/Pekudei invierte el orden y primero habla de la estructura y despuĆ©s de los recipientes.

Para poder entender bien esto, primero debemos entender cuÔl era el propósito del Mishkan. En primer lugar Antes que nada, era proveer al pueblo judío con un lugar para servir a Hashem. Con un sitio establecido para realizar el sacrificio ritual diario y las tareas ceremoniales, el Mishkan brindaba el primer plano para que Klal Yisrael se comprometiera en un servicio incondicional y dedicación absoluta a Hakadosh Barujú.

Por otra parte, como lo dice claramente el Rambam, el Mishkan tambiĆ©n era utilizado por Hashem. SerĆ­a de canal  y el medio a travĆ©s del cual Hashem se comunicarĆ­a con el pueblo judĆ­o. Como dicen los Jajamim, ā€œLa voz de Hashem decendĆ­a primero entre los Keruvim, y despuĆ©s viajaba para que la escuchara Moshe en la Carpa de Reuniónā€ (ver Rashi, Shemot 25:22). Fue en el Mishkan que la Divina Presencia de Hashem moraba y se le aparecĆ­a el Klal Yisrael. Esta es, de hecho, la razón por la que se hace referencia al Mishkan como el Ohel Moed, ā€œLa Carpa de la Reuniónā€. Era el punto de reunión entre Hashem y el pueblo judĆ­o. Hashem, por asĆ­ decirlo, descendĆ­a de las alturas a la tierra, mientras que Klal Yisrael ascendĆ­a espiritualmente de la tierra a las alturas.

Teniendo en cuenta estas dos funciones del Mishkan, podemos comenzar a entender la naturaleza de las diferencias mencionadas anteriormente. Moshe Rabeinu, el representante de Hashem, dio instrucciones de que el Aron, el Shuljan y la Menora se elaboraran primero y luego las cortinas y los tablones. Esto se refiere al camino que recorre la voz de Hashem para alcanzar a Klal Israel. Primero descendiendo hacia el Aron, finalmente sale al patio exterior con sus cortinas y tablones.

En cambio, Betzalel, como emisario arquitectónico de la nación judĆ­a y representante de su perspectiva, sentĆ­a que la conformación del Patio exterior debĆ­a realizarse primero y solo despuĆ©s de esto las vasijas interiores. Congruente con la manera en que Klal Yisrael se relacionaba con Hashem – primero entrando en los alrededores de las paredes exteriores y despuĆ©s avanzando hacia el Arón, Shuljan y Menora – asĆ­ era el orden en que debĆ­a ser construido el Mishkan.

En esencia, entonces, los puntos de vista respectivos de Moshe Rabeinu y Betzalel sobre lo que debía construirse primero reflejaban lo que cada uno vía como función principal del Mishkan. Para Moshe Rabeinu, reflejando el punto de vista de Hashem, el uso primario del Mishkan y morada de la Divina Presencia comenzaba de los utensilios interiores y de allí se movía al exterior. Contrariamente, para Betzalel, quien reflejaba la perspectiva de la nación judía, el uso del Mishkan comenzaba en las extremidades exteriores y culminaba en el Arón. Tanto desde el punto de vista geogrÔfico como espiritual, la relación del Klal Yisrael con el Mishkan, los llevaba desde sus paredes exteriores hasta el Sanctum Sanctorum donde alcanzaban el clímax.

Con esto en mente, ahora podemos entender completamente la razón de la incongruencia entre las parashiot. Teruma/Tetzave detalla la orden que Hashem le dio a Moshe Rabeinu en la construcción del Mishkan. En vista del hecho de que Hakadosh Baruju estaba comunicando cómo debía ser construido el Mishkan, lo que se menciona primero son los diversos recipientes. Ya que estos eran tanto el punto de partida y central del Mishkan desde la perspectiva de Hashem, sus figuraciones son enumeradas primero. Por otra parte, en Vayajel/Pekudei, que se centra en cómo la nación judía prÔcticamente llevó a cabo la construcción del Mishkan, la estructura física exterior tiene precedencia. Debido a que es allí donde comenzaba el contacto inicial del Klal Yisrael con el Mishkan, se menciona primero.

Si bien puede ser difĆ­cil relacionarse con los muchos aspectos del edificio y los utensilios de Mishkan en la actualidad, no obstante, debemos esforzarnos por familiarizarnos con todos sus detalles. Como leemos en la Haftarah de Parashat Tetzaveh, ā€œDile a la Casa de Israel... la forma del Templo y su diseƱo; sus salidas y entradas y toda su forma... y todos sus estatutos, formas y leyes, explĆ­cales…  para que puedan recordar toda su forma..." (Yejezkel 43: 10-11). En este Pasuk se menciona cuatro veces la palabra "tzura", forma,  aludiendo a las cuatro veces que el Templo es descrito en todo el Tanach: tres instancias del Primer, Segundo y Tercer Beit Hamikdash y una del Mishkan. Debemos aprender con gran profundidad y amplitud los detalles de estas cuatro estructuras.

Similar a la forma en que estudiar sobre los varios sacrificios es comparable a efectivamente ofrecer uno (Menajot 110a), lo mismo se aplica al aprender sobre el Mishkan. Al profundizar en los muchos aspectos particulares del Mishkan y Beit Hamikdash, nos reconectamos con su inmensa santidad. Y de hecho, a través de nuestro estudio en profundidad de las muchas facetas que conforman estos edificios, seguramente mereceremos la construcción final del Tercer Beit Hamikdash, pronto en nuestros días.

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